Mi esposo y yo íbamos a desayunar a uno de nuestros restaurantes favoritos sin nuestros hijos. Es un evento raro y bien apreciado. Durante el viaje me encontre unos de los monos de aire bailando en frente de una tienda. Lo enseñe a mi esposo y empeze decirle de un juego que tengo con los niños. Le expliqué que cada vez que vemos un mono de aire, pronto buscamos una canción en el radio que le queda mejor a el baile que hace. En cuanto encontramos la canción perfecta nos ponemos de risa a ver el mono baile y baile a la canción. Le dije a mi esposo que me gustaria si este recuerdo podra ser uno favorito para mis hijos de mi. Despues me puse a pensar en mis memorias favoritas con mi mamá.
Me recuerdo la primera vez que comí un kiwi. Cuando mis hermanas y yo eramos pequeñas, mi mamá trabajaba en un hotel limpiando cuartos. No era frecuente pero cuando sobraba fruta del servicio de comida, dejaban las trabajadoras llevarse lo que gustaban. A veces mi mama llegaba del trabajo con naranjas or manzanas que nos encantaban. Pero nunca me olvidare de la primera vez que llego con kiwis. Tendria yo como unos 4 anos de edad pero me recuerdo que facinada estuve con ver que exotico se me parecia el kiwi. Como si fuera de un pais extranjero donde la gente recorre las arenas blancas de una playa comiendo esta fruta maravillosa como si fuera caviar. Este dia mi mama llego con solo dos kiwi en su bolsa. Los partio por la mitad para repartirlos con mis hermanas y yo. Luego nos dio cucharas y nos mostro como comer nuestra fruta preciosa. Pensaba que esta experiencia era la mas lujosa de mi vida. Estaba comiendo fruta reservado solo para los ricos clientes y comiendolo igual que ellos. Hasta entonces solo había comido fruta con mis manos como una salvaje! Pero esta pieza de fruta era especial y merecida cubiertos. Cuando al fin lo mordi me di cuenta que me iban encantar kiwis por el resto de mi vida. Quise mas pero me comí me pedasito demasiado pronto.
Cada día despues rezaria que quizas tendría otro kiwi en su bolsa. Realmente rezaba por muchos para no tener que compartir con mis hermanas. Llegaba del trabajo con manzanas, naranjas, y a veces con platanos maduros. Un dia llego con pan de pasas que era un placer pero, bueno, no era un kiwi. Los dias que llegaban kiwis con ella eran como si me habia ganado el premio grande del carnaval. Nunca se me olvidara. Ahorra, cada vez que veo kiwis en el mercado me recuerdan de mi mama. Me entristece pensar que mis hijos no tendrán esta memoria con mi mamá pero me pongo a pensar en que seran las memorias que mis hijos tendran de mi.
De seguro no se recordarán cosas que pasan día a día igual que yo. Recordarán momentos especiales como vacaciones y fiestas de cumpleaños. Es por esta razon que intento crear varios memorias con mis hijos. Memorias como corriendo entre los rocieadores en el parque o balilando en mis calzones hasta que les duele la cintura de risa. O cantando canciones que duran un eterno porque cambiamos la lírica de cada verso. Unos días son mas fáciles que otros para crear memorias por que, bueno, asi es la vida, pero lo intento con cada oportunidad.
Mis memorias favoritas con mi mama son de nosotras viajando o riendo o ayudándola en la tienda o en la cocina. La mayoría son memorias lindas. Casi no me recuerdo de los tiempos que la hicimos perdir su paciencia con nosotros. No es por decir que esos tiempos no existen. Sin duda, creando seis hijos era muy estresante. En tiempos que mi esposo y yo batallamos que alcanze el dinero me pongo a pensar como le hicieron mis padres con todos nosotros. Ahorra de adulta me doy cuenta en como de seguro batallaron ellos tambien. Pero de nina, sentada sobre la hielera por medio de mi papa manejando nuestra camioneta y mi mamá arreglando nuestros lonches de bolonia viajando por primera vez a California de nuestra casa en Illinois para la quinceañera de una prima sobre carreteras dentro de un túnel por las montañas, estaba viviendo la vida a lo máximo.
Y entonces, es por las luchas de mis padres que encuentro esperanza. Esperanza que aunque les grité por haber hecho todo MENOS cepillar sus dientes, se recordarán de nuestras bromas. Esperanza que por cada vez que los castigo por no limpiar sus cuartos se recordarán de nuestras noches de películas y “Jumbo Bed”, un favorito de nuestra familia. Esperanza que por cada fin de semana que tuvimos que trabajar yo o mi esposo y resulto que no podrian ver el estreno de cualquier espectáculo de Disney, se recordarán de todos los tiempos divertidos que pasamos en el centro de nuestra ciudad. Esperanza que por cada libro que se queda sin leer antes de dormir se recordarán de todos los libros que si les leí además de las voces chistosas con que las leí. Además, esperanza que por un día, cuando tengan niños ellos mismos, compartiran sus memorias favoritas de mi y crearán sus propios recuerdos.
Como niños, todos tenemos recuerdos diferentes de la misma experencia y por eso les pregunté a mis hermanos cuáles son los recuerdos favoritos de ellos. Una hermana se recordó como nuestra mamá siempre aumentaría el volumen del radio cuando escuchaba “El Puma” Jose Luis Rodriguez o Julio Iglesias. Este recuerdo definitivamenta no era favorita de mí porque siempre indicaba que era tiempo de limpiar. Aunque si me recordé de que mi mamá siempre canta un medio latido despues de la musica. Este si es un recuerdo favorito mío. Otra hermana se recordó como era y todavía es imposible pedirle el tiempo exacto a mi mamá. Si le preguntabamos qué hora era (porque en esos tiempos el unico reloj de seguro era el del microonda) ella responderia con “Ya es hora qué se levanten a limpiar!” o “Y es medio dia y ustedes todavia hechadas!” cuando en realidad eran mas cercas a las 10 de la mañana. A ese tiempo nos frustraba pero ahorra es estrañable. Bueno, un poquito.
Cuando mi hermano me dijo de su recuerdo favorito me dío risa porque era halgo que acabo de hacer con mis hijos. Al preparar el desayuno, cuando otras mamas quebrarían los huevos sobre la mesa o por el borde de un tazón, mi mamá nos pondria en fila para quebrar los huevos sobre nuestras frentes. Primero muy lentamente encontraria la parte mas dura de nuestra frente. En cuanto lo encontraba nos daba un golpito rápido. Me recuerdo que dolía un poquito pero era tan divertido que pronto se nos olvidaba.
Esto es una declaración obvia pero sería perdida sin mi mamá. Es la casa a qué mi brujúla me dirije. Tengo muchas mas memorias lindas con mi mamá y planeo crear muchos más. A si es quá a mi mamá valiente, bailarína de hulahoop (otro recuerdo maravilloso) le dedico esta memoria. Gracias por llenar nuestros corazones de recuerdos increíbles, Mamí. La quiero mucho.